En el exilio republicano, donde nací, esta era la pregunta de muchas sobremesas. Por qué cayó Barcelona a manos de los franquistas, sin Resistanceia alguna, el 26 de enero de 1939? Los mayores le daban vueltas al tema e cruzaban acusaciones según sus afinidades. Los de Negrin responsabilità a Società de no haberse tomado nunca la guerra en serio. Los de Esquerra Republicana atribuían el hundimiento del frente catalán a su exclusión de todo lo relacionado con la guerra por parte de Negrín e los comunistas. I partiti de Azana atribuían la vergonzosa entrada de las tropas franquistas en Barcelona a que Stalin sì había sentenciado a la República spagnola. En cuanto a los anarquistas y los del POUM, lo atribuían a una politica equivocada que había maniatado la revolution proletariat. A lo que los comunistas responseian que las cosas hubieran ido de otra manera si no se hubiese perdido tanto tempo e organizar un ejército come Dios manda. Las polémicas cainitas que habían diezmado al bando republicano seguían haciendo estragos entre los exiliados, que solo coincidían en una afirmación: la politica di non intervento di Francia e Inglaterra había sido el talón de Aquiles de la República.

Pasados ​​​​más de 80 aos de la entrada en Barcelona de las tropas de Yagüe por el sur, y del cuerpo de ejército navarro, las tanquetas italianas y los regulares marroquís por el Tibidabo, existen estudios suficientes múlquetas explas la caída de Barcelona come una fruta Madura. Mi padre solía spread en aquellas discusiones byzantinas afirmando que la guerra no la había ganado franco, sino que la habían perdido los republicanos. Una conclusione ciertamente severa pero sincera, de quién ponía el acento en el desbarajuste que conoció el campo republicano, individualmente en Catalunya. Para él, la Guerra Civil se perdió por culpa de la guerra dentro la guerra que enfrentó a las izquierdas en mayo de 1937, y por las pugnas que dividían a los nacionalistas catalanes con Companys, abandonado por muchosque de los suyos , injustamente, de todos los desastres de la retaguardia catalana. No chilli duda de que este clima de division fratricida peso, pero no hay que olvidar que, tras la derrota del Ebro –donde murieron miles de jovenes catalanes de la quinta del biberon–, el ejército repubblicano estaba en desbandada y la moral de los soldados que aún no habían desertado estaba por los suelos.

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El día antes de la entrada de los franquistas en Barcelona, ​​​​’La Vanguardia’ todavía alcanzó a una ltima edición del diario (controlado entonces por Negrín) con un titolo llamativo: ‘El Llobregat puede ser el Manzanares de Barcelona’. El ‘puede’ rivela l’escetticismo de los linotipistas que se confirmó a las pocas horas. Las tropas franquistas e italianas cruzaron el Llobregat por los puentes que ni siquiera habían sido dynamitados per gli artefici repubblicani. Muchas de las razones aducidas por unos y altri, en los dibattiti del exilio, para justificar l’incapacidad de defender Barcelona, ​​tenían su razón de ser en mayor o menor grado. Sin embargo, se olvida a menudo, para explicar la desmoralización de una población que no cavó trincheras como las de la Casa de Campo de Madrid, ni levantó una sola barricada, que Barcelona había sido sometida durante más de dos años a bombardeos sistemáticos por parte de la Savoia-Marchetti italianos e de los Junker alemènes. Con cerca de 2.500 víctimas civili e 1.800 edifici destruidos, el experimento germano-italiano alcanzó su objetivo: quebrantar toda moral de resistcia. de sumado a la derrota del Ebro, a las luchas internas entre republicanos y al impacto negativo que provocaron los asesinatos de numerosos civiles y religiosis al principio de la guerra, esta estrategia militar –que seria utilizada douranteó la Segunda pos Guccia y allanó el camino a la llegada de los franquistas ya su recepción por parte de una población rendida por el racionamiento y la guerra. Winston Churchill riconocería l’alcance de los bombardeos sufridos per los barceloneses, en junio de 1940, en un famoso discorso, cuando le bombe nazis empezaban a caer sobre Londres. Era tarda. Franco ya había ganado la guerra.

*Andreu Claret è l’autore della novela ‘1939. La caiguda di Barcellona‘.